ALINE

21/08/2024

Queridísima Aline,

Desde el primer día en que te vimos, supimos que estabas hecha para nuestra familia. A eso le llaman amor a primera vista. Te presentaron como una luchadora nata. Siendo un milagro, sobreviviste a la peor cara del ser humano para encontrarte con la otra cara del mismo. Podemos afirmar que, desde que llegaste a nuestro hogar y a nuestros corazones, tuviste la vida más tranquila, cómoda y feliz que un galguito como tú podría tener.

Nos has enseñado lo que es el amor. La ternura de tu mirada desde debajo de mi brazo cuando comía queso en la mesa, y tu nariz fría y mojada saludando a los extraños con los que nos cruzábamos en los paseos, son recuerdos imborrables.

Tus pasos sigilosos al robar un peluche, mientras que tus pelos siempre delataban en qué cama te echabas cuando nuestros ojos, incrédulos y despreocupados, no se fijaban en tu postura.

Tu hermana Lía siempre buscará esos pedacitos de pienso que dejabas caer durante la comida, los cuales cedías sin rencor, sin importar cuánto los desearas.

Tu prima Frida siempre buscará ese lugar cálido donde acurrucarse en los fríos meses de invierno.

Sentimos ese vacío cada día. Cambiaste nuestras vidas para siempre. Si algo tenemos claro, es que si la vida fuera cíclica, volveríamos a adoptarte sin dudarlo, porque nosotros no te salvamos a ti; tú nos salvaste a nosotros.

Tu recuerdo vivirá siempre en nuestros corazones.

Tu hogar.